Poema a Colombia

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Hoy late mi corazón

el deseo de abrirte las entrañas, 

y de tu profunda oscuridad,

oh Colombia amada, 

revolverte la conciencia

hasta que muestres tu luz desaforada. 

Sacar de ahí el abono

de la paz que tanto ocultas, 

y entregarle de nuevo al colombiano

la dignidad que perdió por sus errores.

En sus ojos colocarle una esmeralda,

color que abarca la riqueza de su Patria;

y en sus labios un rubí de primavera 

y ungirlo de oro en sus cabellos 

para que eructe la paz de de su sonrisa. 

Seremos la vitrina engalanada de 

sorpresas, de bellos pétalos y orquídeas 

plantadas; 

seremos, oh Colombia amada, 

al despertar de ruiseñores 

alborozando los nuevos y viejos 

continentes, que al unísono verterán 

sus corrientes,

para involucrarse 

en el despertar de justos, 

y verter, entonces,

lo que fuera dolor e injusto

en nidos de paz y algarabía,

en gritos de júbilo y justicia;

porque al fin el hombre 

conoció su grandeza 

y encontró la justa paz

de su madre naturaleza,

aquí llamada Colombia, 

siempre fecunda y fertilizada. 

 

Fuente: Cantos y poemas - Regina Liska Betancur. 
Imagen: Carlos Yepes.