Eres fuerza perdida en el desierto
cual tropa subiendo al firmamento,
eres fuerza vana y egoísta
política que sólo acatas el momento.
Al elegir tus pulpos vagabundos
te disfrazas de oro y esmeralda
de pétalos de rosa.
Y al momento de la entrega sacas
tus espinas
y espantas al mísero inocente,
que encandilado,
con el brillo de tus frases
llegó a la urna, y …
no vaciló en creerte.
Su esperanza la deshaces en segundos,
el puñal de la traición,
colocas sarcásticamente
y al llegar la elección,
de nuevo imploras
que su voto te den para empinarte.
Por esto desde mi curul le pido
a Dios que desde el cielo mira
no volverme política farsante
que arremete contra el justo
y en su son al pueblo acaba.
Ruego a Dios benevolencia y fuerza
para darle al pueblo su terruño
y entregarle el pan, que arrebató
el traidor
prometiendo educación, pavimentos
y salud
de lo que ni siquiera,
una molécula aportó.