Cómo siente la mente
cuando el Dios del universo
se le acerca quedamente,
cuando el sol refleja sus encantos
y la luna se presta en los amores.
Cuando en sueños se ve la luz
del día,
y al mirar brotar una semilla,
se refleja el mundo entero.
Cómo siente la mente
cuando sabe que una gota de agua
no es igual a otra gota de agua
y un amor, nunca será igual a otro amor.
Cuando enmudecen los insectos
y el bosque con sus ramas se aquietan
por temor al remezón.
Cómo siente la mente
cuando auras boreales
muestran el concierto silencioso
y arreboles de colores
adornan el atardecer.
Cuando un manto blanco
nos cubre la tierra mostrando
el hechizo
que marca las noches.
Cómo siente la mente
cuando en primavera
las aves inician de nuevo su vuelo
y las flores crecen para darle vida
a la madre virgen
a la madre bella
que nos da el sustento “La naturaleza”.
Cuando el mediodía
refleja el verano y aquella cintura
que es mitad del año,
con el sol entrando
besando la tierra y su piel
cubriendo de amor y de encanto.
Cómo se siente la mente
cuando vemos bosques
cambiando colores
vistiendo de gala
celebrando todos el final del año
y haciendo la cena que inspira el trabajo.
Cómo se siente la mente
cuando el hombre bueno
regresa hacia el campo
y los ríos vuelve sustento y encanto.
Cuando se unan todos
sin que nadie pueda
de Dios y la naturaleza,
poder separarlos.
Fuente: Cantos y poemas - Regina Liska Betancur.
Imagen: Edgar Reascos.