Hoy hace 65 años, me encontraba en el primer piso del Edificio Maturín de Medellín.
Yo tenía mi apartamento en el piso 5.
De repente, alguien dijo ke había un incendio en las cercanías, todos los ke nos encontrábamos departiendo, nos miramos y resolvimos subir
por las escaleras.
Por supuesto porke no teníamos ascensor.
Corrimos escaleras arriba y yo ke me encontraba con 9 meses de embarazo, fui la primera en llegar.
La curiosidad se terminó cuando el incendio fue sofocado.
Todos se fueron y mi esposo y yo, arreglamos para ir a dormir.
Akella noche a las 12, sentí ke kería ir al baño, fue grande la sorpresa cuando el líkido seguía saliendo. (para entonces yo no entendía nada de partos ni por donde salía la criatura) no tenía ningún dolor.
Mi esposo llamó al doctor y él pidió ke me trasladara a la clínica LUZ CASTRO DE GUTIÉRREZ.
Allí, me empezaron los dolores, yo no entendía porké me dolía tanto. El doctor me examinó y yo le decía ke el dolor no era por la vagina, sino
en el estómago,
El soltó la risa y me llevaron a la sala de partos.
Allí me subieron a una mesa alta y me colocaron las piernas separadas sobre algo ke yo no conocía. Otra vez interrogué al médico. “Doctor yo tengo mucho dolor y usted para ké me va a pesar las piernas?”
Otra vez el doctor soltó la carcajada y empezó a aplicarme una inyección en la vena. Mientras iniciaba el proceso, me dijo: “Voy a ver si tu eres capaz de contar hasta 20”.
Claro ke si doctor y empecé. Uno, dos tres y de ahí en adelante no supe más de mi.
Mi esposo Luis, estaba afuera esperando. Eran las 4 de la mañana cuando la niña nació. Pesó 9 libras. Luis kería ke fuera un varón pero le salió varona.
Desperté a eso de las 7 a.m, todo me dolía, recordé ke iba a tener un bebé, me levanté lentamente, fuí a la cuna, la desenvolví y me di cuenta ke era una preciosa niña. Con todo y dolor, me fui a la ducha y tomé un baño, me coloké un vestido de maternidad, me makillé y salí a llamar a mi esposo.
Mientras hablaba con él, oí los gritos de una enfermera diciendo ke una señora había desaparecido.
Me alarmé mucho y le pedí a mi esposo ke me llevara rápido porke ahí se roban a las señoras.
Colgué y salí corriendo a buscar la enfermera para ayudar a buscar a esa persona. Recorrimos varios pasillos y se me ocurrió preguntar de cuál habitación la habían sacado?.
Respondió de tal habitación,y solté la risa. “ESA SOY YO”.
La enfermera y dos médicos se asustaron porke en esa época, la mujer ke tuviera un bebé, tendría ke kedarse en cama por 40 días
Alarmada la enfermera me dijo: Ppppero como se le ocurre levantarse si usted tuvo una niña esta mañana”
Si,le respondí. Pero la ke no puede levantarse es la niña, pero yo sí.
Debía kedarme por obligación en la clínica por 3 días.
Yo había tejido 5 pares de guantes para cuando naciera el bebé. Fui a colocarlos a la niña y, como nadie había hecho algo así, (siempre eran unos mitones o manoplas) pero yo los hice con todos los deditos. Para colocarlos tenía ke introducir un lápiz primero y así se veía la manita preciosa.
Doña Luz, la dueña de la clínica supo ke yo no me kedé acostada y fue a conocerme. Al ver la niña con sus manitas sueltas y sus guantes,
no podía creer, la tocaba, la acariciaba y me preguntó kien los había tejido. Cuando le expresé ke yo lo había hecho, me abrazó y me dijo:
Cuantos tejiste? 5 pares, respondí. Entonces me dijo. “Yo me kedo con este par y tu le colocas otro. ¿Está bien?” Si, le respondí con una gran sonrisa. Inmediatamente alzó a la niña y en segundos los kitó.
Todos los médicos me visitaban y doña Luz fue a verme 2 días seguidos. Pero cuando doña Luz le contó a un médico lo de los guantes, inmediatamente éste me advirtió ke se los pensaba kitar para llevarlos con él y mostrarle a su esposa. “Puedo hacerlo?. Está bien, le respondí.
Feliz salió dándole besos a los pekeños guantes.
No supe por donde había salido la niña, buscaba por todas partes porke todo me dolía menos las vagina. No me atrevía a preguntar para no mostrar mi ignorancia.
Mi esposo apareció en el carro y allí me dijeron ke me llevarían en la ambulancia.
No, gracias, respondí. Yo me voy en el carro porke la ambulancia no me lleva hasta el kinto piso. Y, ¿va a subir todo eso? preguntó un médico.
Claro ke si, respondí porke ustedes no me van a cargar.
Hoy tengo la dicha de saberme madre de esa bebé ke en el día 26 como se lo prometí a mi esposo, nació y cuando él me pidió ke fuera a
las 4 de la mañana, así se cumplió.
Kiero compartir esta historia con todos los hermanos de Luzelena Restrepo Maestra Lerbé para ke conozcan el inicio de mi vida como mujer casada pero ignorante de muchas cosas.
Gracias a Luzelena por estar en mi vida y a todos ustedes por sentir también su presencia y ayudarla en todos los momentos de su vida.
Gracias LUZELENA Te amo infinitamente.
Los amooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.