Fue muy grato haber tenido la dicha de dirigir una Exola desde mi escenario habitual.
Ver desde ahí algunas personas dichosas por encontrarse de nuevo frente a frente y mirarme casi palpable desde sus sillas hacia el escenario, es algo que no tiene valor, es casi como el valor del universo.Pero, fue más grande mi felicidad al poder colocar en ese mismo salón a todas las personas que virtualmente tomaban nota de lo que decía.
Aproveché el cambio de energía para transportar a todas aquellas personas que se encontraban en otros países y, en cuestión de segundos, ese salón estaba repleto.No entiendo como mi corazón pudo resistir la dicha de verlos a todos unidos en el mismo recinto.
Gracias mis amados hijos por llevarme hasta tu hogar y dentro de tu corazón y permitirme ese sublime transporte humano y devolverlo en el último cambio de energía.
Soy infinitamente feliz y llena de gratitud con quienes participaron tanto física como virtualmente.Te amooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Regina “11”